¡Septiembre ya está aquí! Ese mes en el que volvemos a la rutina, con la piel un poco más bronceada y el corazón lleno de recuerdos de verano. Las terrazas, las siestas eternas y las noches de chiringuito se quedan atrás, y toca regresar a la realidad: el trabajo, los estudios y, para muchos, las facturas. Sí, porque, aunque todos merecemos un descanso, parece que la cuenta bancaria no siempre está de acuerdo.
Cada vez es más común escuchar a conocidos y amigos hablar de sus vacaciones financiadas con créditos rápidos, llamados también microcréditos o micropréstamos. ¡Es que, al final, el descanso hay que pagarlo! ¿Te suena? No eres el único. Más del 60% de los españoles ha pedido un crédito para poder tomarse esas merecidas vacaciones. Lo que empieza como una escapada a la playa o un viaje a la montaña se convierte, a la vuelta, en una montaña de deudas. Y en lugar de regresar renovado, te encuentras con la dura realidad: los intereses elevados y un sinfín de cuotas.
Los microcréditos o micropréstamos son esos pequeños préstamos que te salvan el verano, pero en septiembre te dan una bofetada de realidad. Son rápidos de pedir, fáciles de conseguir y, lo mejor, ¡no tienes ni que salir de casa! Los puedes solicitar por teléfono o internet, con importes que suelen oscilar entre 50 € y 800 €. En menos de 30 minutos, el dinero ya está en tu cuenta.
La devolución suele hacerse en una sola cuota y en un plazo muy corto, casi siempre antes de 30 días. Todo parece perfecto… hasta que te topas con la letra pequeña y descubres los intereses desorbitados, que pueden llegar al 2.000% o incluso 3.000% TAE. Sí, no es una broma. Al principio, todo suena genial: disfrutar sin preocuparse por el dinero. Pero cuando llega septiembre, la realidad golpea duro y te das cuenta de que el “respiro” de verano te ha dejado sin aire.
Al principio es un solo crédito. Luego otro, y otro más. ¿La razón? Muchas veces las personas piden otro préstamo para cubrir el anterior. Así, se entra en un bucle de deudas sin fin, como una pescadilla que se muerde la cola. Esta situación es común entre quienes no tienen acceso a créditos bancarios tradicionales y, en ocasiones, figuran en listas de morosos como ASNEF.
Las empresas que ofrecen microcréditos conocen bien a su público: personas con urgencias económicas y dificultades para pagar. Se presentan como soluciones rápidas, pero en realidad, estos créditos suelen convertirse en un peso adicional que hunde más la economía personal.
Pero no todo está perdido; siempre hay formas de salir adelante. En DMD Asesores, ayudamos a personas en dificultades económicas. ¡Estamos de tu lado! Si ya te sientes atrapado, no te castigues: respira, pide consejo y empieza a organizar tus cuentas. Lo más importante es recuperar tu tranquilidad financiera, porque esa no tiene precio.
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